FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 86

46 ASOCIACIONES FUNDACIÓN FERNANDO BUESA BLANCO “REPENSAR NUESTRO LEGADO. GURE ONDAREA, GURE ONDORENA ” XXIV IN MEMORIAM POR FERNANDO BUESA BLANCO Y JORGE DÍEZ ELORZA Fernando Buesa y Jorge Díez fueron homenajeados en Vitoria-Gasteiz 24 años después de sus asesinatos a manos de ETA, en un acto en el que también se quiso recordar a las víctimas del 11M La experiencia del terrorismo nos obliga a todos a pensar y repensar qué legado, qué recuerdo y qué valor positivo quere- mos dejar a los que vienen detrás. Nos obliga a las víctimas, pero también a los victimarios. No olvidar consiste en eso: no en un recuerdo persistente, sino en una memoria positiva, fértil, capaz de contribuir a una sociedad mejor. Con ese ánimo, el pasado miércoles 21 de febre- ro, celebramos el XXIV In Memoriam en recuerdo de Fernando Buesa Blanco y su escolta Jorge Díez Elorza, asesinados por una barbarie concreta, programada para cercenar vidas y proyectos. En esta ocasión el lema elegido fue “Repensar nuestro legado. Gure ondarea, gure on- dorena ”, y contó con la presencia de la familia de Rodolfo Benito Samaniego, asesinado en los atentados del 11M, in- vitación que pretendió visibilizar a las víctimas del terrorismo yihadista y a las asociaciones que con ellas trabajan. Sara Buesa, a quien dio paso la periodis- ta Eva Domaika, conductora del acto, no ocultó al comienzo de su interven- ción, siempre emotiva, que la carga que lleva a cuestas, como toda víctima, es demasiado pesada. “Contiene una heri- da profunda y dolorosa, que reposa en el fondo como rescoldos de un fuego que a veces se aviva”. Así, el ataque el pasado mes de octubre a la tumba de su padre y al monolito en su recuerdo y en el de Jorge Díez, le recordó lo vivido tras el asesinato. “Vandalizar la tumba de aita fue inhumano y cruel, pero la crueldad máxima fue haberlo asesinado hace veinticuatro años”. Reflexionó también sobre su sufrimien- to, un sentimiento que, si bien existe, no desea convertirlo en arma arrojadiza contra nadie. “Anhelo que las personas que asesinaron a aita y Jorge conecten con mi dolor porque necesito repara- ción y también para despertar algo en ellas”. En un gesto de generosidad infinita, la hija de Fernando Buesa se dirigió a los victimarios para decirles que no encon- trarán ni odio ni rencor en su mirada, aunque ella sí desea encontrar siquiera un atisbo de empatía en la suya. “Deseo subrayar que pueden dejar atrás la lógi- ca de la violencia en la que han estado atrapados, resurgir de las cenizas del sufrimiento provocado, hacerse más hu-

RkJQdWJsaXNoZXIy NTEwODM=