FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 86

9 ACTUALIDAD ración de las mujeres a la yihad global es una de las novedades relevantes de la úl- tima década, el cambio más trascendente en el fenómeno desde el 11M se refiere a la emergencia de un yihadismo propiamente homegrown o autóctono, es decir protago- nizado crecientemente por individuos per- tenecientes a las denominadas segundas generaciones, sujetos nacidos o criados en España por progenitores de origen ex- tranjero (64,1%). Si a estos les sumamos el 10% de conversos, aquellos sujetos que adoptaron la fe islámica después de haber profesado anteriormente otra religión o carecer de ella, constatamos que 7 de cada diez de los militantes encaja en la categoría de terroristas autóctonos a día de hoy. La radicalización yihadista continúa siendo en nuestro país un fenómeno eminente- mente grupal: el 90,1% de los militantes que asumieron la ideología que les sirvió para legitimar su participación en activida- des terroristas lo hicieron en compañía de otros sujetos afines. Sin embargo, su trán- sito hacia el islamismo militante se inicia a edades cada vez más tempranas. Algo más del 71%de los yihadistas teníamenos de 30 años en el momento de su radicalización, pero el segmento de quienes no habían al- canzado lamayoría de edad al comienzo del proceso se ha incrementado notablemen- te, pasando de representar el 17,1% de los condenados o fallecidos entre 2001 y 2011, cuando ocurrieron los atentados de Ma- drid, al 23,4% entre 2012 y 2023. Este re- juvenecimiento de los actores yihadistas se relaciona con un mayor uso de los espacios virtuales como entornos de radicalización y reclutamiento, tanto de manera exclusiva como en combinación con interacciones fí- sicas. En el caso de las militantes femeninas éstas muestran una mayor propensión ha- cia la radicalización exclusivamente online (47,4% frente al 39,4%), mientras que sus contrapartes masculinas se muestran más propensos a la radicalización mixta (46,7% frente al 42,1%). No obstante, los militantes en España muestran hoy mayor flexibilidad ideoló- gica que en periodos precedentes. De este modo es habitual que difundan y consu- man propaganda de organizaciones con matices ideológicos diferenciados, como es el caso de EI y Al Qaeda, sin que esto les resulte incongruente. Esta flexibilidad se refleja, de manera coherente, en una cre- ciente descentralización del yihadismo en España respecto a las matrices de referen- cia: a partir de 2020, los individuos que se implican en elencos terroristas solo inspi- rados por las estructuras organizativas se multiplican por cuatro respecto a los que lo hicieron entre 2012 y 2019, en detri- mento de los que lo hacen en elencos vin- culados con las matrices. A esta tendencia contribuyen igualmente los sujetos que se implican en solitario. Sin bien estos re- presentan tan solo uno de cada diez de los yihadistas en España, su incidencia ope- rativa es otro desarrollo destacado en la evolución reciente del fenómeno: a partir de 2018 se han materializado en España un total de tres ataques de inspiración yi- hadista perpetrados por actores solitarios en las localidades de Cornellá (Barcelona, 2018), Torre Pacheco (Murcia, 2021) y Al- geciras (Cádiz, 2023). Lo anterior repercute en una amenaza terrorista poco sofisticada, de baja inci- dencia y letalidad, protagonizada por ac- tores implicados tanto en compañía como, sobre todo, en solitario, que cuentan con un alto grado de iniciativa y autonomía en el desarrollo de sus planes, lo que los hace más imprevisibles y difíciles de prevenir. No obstante, existen nuevos vectores de amenaza que pueden repercutir en una intensificación de la amenaza en el corto o medio plazo. El más relevante es el que dibuja la guerra en la Franja de Gaza, des- encadenada tras los atentados perpetra- dos por Hamás el pasado 7 de octubre, que tanto EI como Al Qaeda tratan de instru- mentalizar con el doble objetivo de movili- zar a sus simpatizantes y recuperar centra- lidad en el seno del yihadismo global. El escenario descrito nos obliga a mante- ner la efectividad de las capacidades con- traterroristas desarrolladas a lo largo de las últimas dos décadas, reforzando las desplegadas en el ámbito virtual. Pero, so- bre todo, nos invita a incidir en las labores de prevención de la radicalización violen- ta entre nuestros jóvenes, segmento de la sociedad más vulnerable a las narrativas yihadistas, como hemos visto. El proyecto educativo Memoria y prevención del terro- rismo , dirigido a la formación de estudian- tes y docentes de Educación Secundaria y Bachillerato, impulsado por Gobierno con la colaboración del Centro Memorial Víc- timas del Terrorismo y la Fundación Vícti- mas de Terrorismo, es una buena práctica que podría extenderse a otros ámbitos y colectivos con el fin sentar los cimientos de una sociedad inclusiva, resiliente a los de- safíos que extremismo violento y el terro- rismo plantean a la cohesión social. Tarea que ya desarrollan a diario todas las vícti- mas del terrorismo, referentes morales en nuestras democracias. •

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