FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 87

26 EDUCACIÓN, CULTURA Y CONVIVENCIA E l programa pionero de la Fun- dación Víctimas del Terrorismo “Educar para la convivencia” continúa acercando el testimonio en pri- mera persona de víctimas del terrorismo a los estudiantes de los cursos superiores de Educación Secundaria Obligatoria y de 1º y 2º de Bachillerato en parte de la geografía nacional. En las últimas semanas del mes de mayo, especialmente activas, Ana Irí- bar, Paco Zaragoza, Francisco Javier López Ruiz y Cristina Cuesta, todas ellas víctimas del terrorismo ejercido por la banda terrorista ETA, impar- tieron charlas en centros educativos e institutos de Valencia, Castellón de la Plana y Alicante, a las que se sumaron el testimonio de Esther Sáez, víctima de los atentados del 11-M, en las aulas del colegio Diocesano de Guadalajara a alumnos de 4º. de la ESO. Hasta la fecha, gracias a “Educar para la convivencia”, muchos alumnos han es- cuchado el testimonio directo de las víc- timas del terrorismo en las aulas, a la vez que han recibido educación en valores y han participado en coloquios posterio- res. Y también, en no pocas ocasiones, NOTABLE PRESENCIA DEL PROGRAMA “EDUCAR PARA LA CONVIVENCIA” EN LAS AULAS DE ESO Y BACHILLERATO han realizado trabajos de redacción y de dibujo que a su vez han sido presenta- dos al proyecto “Premios Escolares Una Ciudad sin violencia, Ana María Vidal Abarca”, que la Fundación Víctimas del Terrorismo convoca anualmente. Se trata de un curso itinerante por co- legios e institutos de educación secun- daria, impartido por conferenciantes cualificados (víctimas del terrorismo o sus familiares directos), quienes impar- ten charlas a estudiantes sobre los va- lores que representan y simbolizan las víctimas del terrorismo, fomentando el diálogo y el coloquio con los alumnos sobre temas como la solidaridad, la li- bertad, el Estado de Derecho, la con- vivencia y el papel de las víctimas del terrorismo en la sociedad actual. En definitiva, se trata de concienciar a los más jóvenes de que la violencia no es el camino a seguir en un país democrático. •