FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 87
69 TESTIMONIO “Cuando pienso en mis padres, lo que me viene a la cabeza son mis hijos y lo difícil que tuvo que ser para mis abuelos todo aquello” cuestión muy compleja, entiendo los diferentes prismas, comprendo otros puntos de vista, pero creo que el Estado no puede dudar: ¡Los malos son ellos y los buenos nosotros! Si hay homenajes es porque se permite. Los terroristas lo son para siempre como lo somos las víctimas. La diferencia está en que ellos lo han elegido. El sumario que incriminaba a la pa- reja que, según las investigaciones, perpetró el atentado se terminó ce- rrando a principios de 1978 y nunca fueron detenidos. ETA no reconoció su autoría hasta 44 años después. ¿Le duele que los responsables no hayan sido juzgados? Mucho. Sé quiénes son y donde viven. Tienen mucha suerte de que no seamos como ellos. Nosotros somos los buenos, ya lo he dicho. ¿El mantener contacto con otras víc- timas lo considera algo positivo? Yo creo que cada persona es diferente y cada caso debe tratarse de una forma individual. En mi caso, la decisión fue avanzar sin pensar que mi vida era dife- rente por ser una víctima del terrorismo y creo que gracias a ello he salido adelante. Pero ya digo, que no sé cuál es la respues- ta adecuada a esa pregunta; cada caso es muy diferente. ¿Pertenecer a una asociación o fun- dación que representan a las vícti- mas del terrorismo, le ha ayudado a lo largo de estos años? Sí, con sus luces y sombras han aporta- do su granito de arena a resolver muchos problemas. • “Entiendo los diferentes prismas, comprendo otros puntos de vista, pero creo que el Estado no puede dudar: ¡Los malos son ellos y los buenos nosotros!” Era muy pequeño, solo tenía tres años y su hermano cuatro meses, cuando sus padres fueron asesinados por ETA, ¿qué recuerdo de ellos le han trasmitido?, ¿cuál es la imagen más recurrente que viene a su mente cuando le hablan de ellos? Son recuerdos aprendidos que sin duda han condicionado mucho mi infancia y seguramente el resto de mi vida. Mis pa- dres eran dos chicos normales que tenían una vida por delante y que tuvieron la mala suerte de estar en el lugar equivoca- do en el momento equivocado. Muy mala suerte. Es curioso, pero cuando pienso en mis padres, lo que me viene a la cabeza son mis hijos y lo difícil que tuvo que ser para mis abuelos todo aquello. Cuando escucha que alguien dice que ETA ya no mata, que hay que pasar página, aunque haya tantos crímenes por resolver, ¿qué siente? Me parece que quien afirma eso no tiene ni la menor idea de lo que dice. Es fácil teorizar, entiendo que hay que avanzar, mirar hacia delante, pero siempre desde el respeto, la dignidad y, sobre todo, expli- cando lo que ha sucedido; a veces pienso que en 10 años las víctimas vamos a tener que pedir perdón por molestar. ¿Es importante contar a las nuevas generaciones lo que supuso para la sociedad española el terrorismo de ETA? El terrorismo en España ha sido un pro- blema importante. Ha durado mucho tiempo y ha generado mucho sufrimien- to. Esto hay que contarlo y debe formar parte del currículo educativo obligato- rio. Siento que nos esforzamos poco para que esto sea así. ¿Cree que las víctimas del terroris- mo siguen presentes en la memoria colectiva de los españoles o siente que han ido cayendo en el olvido? No se trata de que estemos siempre re- cordando lo sucedido, se trata de que se preserve la dignidad y la justicia sin ambages. Que se cierren los debates equidistantes y que se siga trabajando para que todos los culpables paguen por lo sucedido. Aún hay lugares donde se rinde ho- menaje a aquellos que sembraron tanto dolor, ¿cómo asimila una víc- tima de ETA estos actos? Pues los homenajes son la demostra- ción empírica de que es un problema mal resuelto. Entiendo que es una
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