FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 88

54 ASOCIACIONES Y FUNDACIONES ASOCIACIÓN EXTREMEÑA VÍCTIMAS DEL TERRORISMO Eso es lo que transcurrió desde el día en que aquellos terroristas se equivocaron. Errores garrafales que se encadenaron desde la elección del objetivo por parte del responsable de la organización, error del terrorista-técnico en la confección del artefacto mortífero, también el terro- rista que realiza su colocación, un mana- zas y, por supuesto, en el día de la sema- na. Acaso, los terroristas no saben que es cuando los niños salen y juegan a las distintas actividades deportivas que se favorecen los fines de semana por parte de las instituciones sociales y educativas. ¡Ah! Que no lo habían elegido ellos, pues peor todavía. Por ese motivo debieran haber pedido perdón ante la madre y no hacer lo contrario, con una carta socarro- na, decirle a la familia que eso eran daños colaterales. ¡Qué entienden ellos de cola- teralidad! Lo único que consiguieron fue acrecentar la doble victimización como si hubiera sido de nuevo asesinado. Qué clase de empresa es esa, terroristas cazados y amedrentados por terroristas para que hagan, dejen de hacer o come- tan acciones terroríficas contra ciudada- nos totalmente indefensos. Qué enseñan- za les daban. La mayor concatenación de errores cometidos por grupos similares a esa vil calaña se dio en estos comandos chapuzas de esta organización terroris- ta que tanto daño y sufrimiento provocó en familias enteras de toda España. Qué pensaran esos dirigentes que no saben ni buscan más que poder, prepotencia y, algunos, que necesitaban la arrogancia de las armas para que alguien se fijara en ellos. ¡Qué pensaran esas madres que saben que sus hijos se atrevieron a dis- parar un arma, se atrevieron a conectar y activar el macabro artefacto terrorista NO NOS DIERON TIEMPO PARA OLVIDARTE y/o coche bomba para ocasionar muerte, destrucción, terror, dolor y sufrimiento! Personalmente, no tengo nada en contra de las madres necesitadas para el sustento de vida como de aquellas que no pueden gestar; las compararía, como las madres de alquiler cuyo fin fuera, tener un hijo para asesinar a otro hijo de otra madre. Estas palabras pueden infligir dolor y malestar en alguna de esas madres. Pues, imagínense en una madre de las de verdad que le asesinan, sin más, a uno de sus hijos. Yo les pediría a esas madres e, incluso a los hijos de esos que dispararon, que algu- no habrá, intercedan y promuevan para evitar más vejaciones y sufrimientos en vano con esas manifestaciones lujuriosas y exaltadas de bienvenida, a una perso- na que se atrevió a matar a otra, cuando esta llega a su pueblo tras haber cumplido condena por ese crimen pavoroso y atroz para otra familia. ¡Inténtenlo! Separemos a unas y a otras, imagínense lo que le pudo suponer a doña Carmen Carballo, la madre de José María Piris Carballo. Primeramente, los macabros errores de unos terroristas chapuceros, que le destrozan a su hijo. Derivado de ello, siguen horadando en su familia, des- truyendo a su marido y a sus hijas. Para mayor ofensa, más adelante, le vuelven hacer y remachar más sobre el ya hastia- do dolor con una misiva diciéndole que, ni siquiera lo sentían. Que eran daños co- laterales. ¡Qué pena! ¡Qué alimañas son capaces de hacer semejante vejación! Ni aunque pasen otros cuarenta y cuatro años. "... madre de las de verdad ..." Mientras no se entiendan los unos y los otros, no podremos vivir en paz Aun con todo ello, Mientras no se en- tiendan los unos y los otros, no podremos vivir en paz. Qué lecciones más grandes os dio la señora doña Carmen Carballo a todos “esoosss” “terroristuchos” y sus “di- rigentes” y, no cabe duda, también a los “políticossss”. Piensen en quienes serían los unos y quiénes serían los otros o, quie- nes serían los otros y quienes los unos. Carmen Carballo, ni nadie, dijo que hu- biera guerra; lo que ella da a entender, clarísimamente, es que, tras el asesina- to de su hijo, ella no conoció la paz ni la tranquilidad.

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