FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 88

60 El pasado 23 de agosto, Alemania fue sacudida por un aten- tado yihadista en la ciudad de Solingen, situada en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Pasaban diez minutos de las nueve y media de la noche cuando un joven llevó a cabo un ata- que violento en la plaza de Fronhof, donde cientos de personas asistían a un concierto. En ese momento, la ciudad, con una población cercana a los 165.000 habitantes, celebraba un “Fes- tival de la diversidad” en conmemoración de los 650 años de su fundación. Este evento, previsto para todo el fin de semana, atrajo a numerosos visitantes y locales, quienes disfrutaban de los actos programados por el aniversario de la ciudad. El joven cuchillo en mano se abalanzó sobre la multitud y ata- có a varias de las personas que se encontraban en ese momento en el concierto, asesinando a dos hombres de 67 y 56 años y a una mujer de 56; además, hirió a ocho personas más, cuatro de ellas de extrema gravedad. Tras lo cual se dio a la fuga, en medio del pánico y la confusión. INTERNACIONAL EL TERRORISMO YIHADISTA GOLPEA DE NUEVO A ALEMANIA UN JOVEN CON UN CUCHILLO IRRUMPIÓ EN UN CONCIERTO ASESINANDO A TRES PERSONAS E HIRIENDO A OCHO Varios de los testigos presentes en el concierto explicaron a la Policía que el atacante se lanzó sobre ellos gritando “Allahu Akbar”. Además, proporcionaron a los agentes una descrip- ción de los rasgos físicos y características del agresor. Esta in- formación, junto con la forma en que se produjo el ataque, además de las numerosas pistas de las primeras investigacio- nes, llevó a las autoridades policiales a considerar que los he- chos podían ser calificados como un atentado terrorista. Tras 24 horas de búsqueda exhaustiva, Issa al H, un joven sirio de 26 años, se presentó ante una patrulla policial. Al entregar- se, confesó su participación en los hechos y, según los medios alemanes, declaró: “Yo soy el que buscáis”. Se cree que, tras deshacerse del arma del crimen, un cuchillo de cocina del centro de refugiados en el que residía, el presun- to terrorista permaneció escondido en un patio interior cerca- no al lugar del atentado, en el centro de Solingen.