FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 89
39 EDUCACIÓN, CULTURA Y CONVIVENCIA LA INJUSTICIA DEL OLVIDO Por último, el delegado del Gobierno en Ex- tremadura, José Luis Quintana, finalizó las intervenciones defendiendo que "es muy im- portante hablar de lo que pasó" con la "sinra- zón del terrorismo", porque "no hay nada peor para la injusticia que el olvido" de la que fue "una oscura etapa" de la historia de España. En la misma línea que intervenciones ante- riores, incidió en la necesidad de trabajar para que las generaciones más jóvenes no olviden "el alto coste" que tuvo la paz para España; su- brayando que, en todo caso, frente a la "coac- ción" y la "violencia" de ETA el pueblo español planteó "resistencia democrática". "La democracia ha ganado a la barbarie", afir- móQuintana, quien defendió que "la violencia nunca es solución de nada", para finalizar su- brayando la "obligación" de "luchar cada día" por una España "democrática y tolerante". Finalizadas las intervenciones, la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo hizo entrega, al igual que han hecho otras asocia- ciones y fundaciones de víctimas del terroris- mo, de una distinción a la PolicíaNacional con motivo del 200 aniversario de su creación. CONTENIDO DE LA MUESTRA La exposición, como se recogió en páginas del número anterior de la revista Funda- ción, está estructurada en cuatro apartados (Antecedentes, El atentado, Las víctimas- In Memoriam y Detenidos, Ley de amnistía y consecuencias), cada uno de los cuales lleva una cartela de texto a modo de introduc- ción, que ayuda a contextualizar el conteni- do informativo de las imágenes, junto a una foto identificativa del apartado. Se busca, por tanto, recordar y homenajear la memoria de las víctimas y heridos habi- dos en la primera acción indiscriminado de ETA. Hasta el atentado con coche-bomba contra el centro comercial Hipercor —Ave- nida Meridiana de Barcelona—, el 19 de junio de 1987, que provocó la muerte de veintiuna personas y otras cuarenta y cinco resultaron heridas, el atentado de ETA con mayor número de víctimas mortales fue el perpetrado el 13 de septiembre de 1974 en la cafetería Rolando. La bomba colocada en el establecimien- to, ubicado a pocos metros de la céntrica Puerta del Sol, acabó con la vida de once personas y causó lesiones a más de setenta. Debido a las graves secuelas que arrastra- ban, dos de los heridos fallecieron poste- riormente: Gerardo García Pérez, camarero del establecimiento, el 29 de septiembre, días después del atentado, y Félix Ayuso Pinel, el único policía de la lista, el 11 de enero de 1977. ETA atentó contra la cafetería Rolando por estar ubicada muy próxima a la por entonces Dirección General de Seguridad (DGS), motivo por el que los terroristas su- pusieron que el lugar era muy frecuentado por policías. Pero también era un estableci- miento habitual para la población civil por su proximidad al kilómetro cero, en pleno centro de Madrid, y así se evidenció con el cómputo final de asesinados y heridos. De hecho, la dirección de ETA, sorprendi- da por el número de civiles que habían sido víctimas del ataque, mantuvo un debate interno y finalmente no se responsabilizó de lo ocurrido. La organización terrorista tardó más de cuarenta años en reconocer su responsabilidad en el atentado de la ca- fetería Rolando. Lo hizo en su último Zuta- be -boletín interno de la banda-, que se pu- blicó antes de su disolución en 2018. En el mismo, la banda terrorista admitió la auto- ría de dos atentados no reivindicados hasta ese momento: el asesinato de tres personas en Tolosa (Guipúzcoa) en 1981, a las que confundió con policías, y el atentado contra la cafetería Rolando en 1974. •
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