FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 90
44 ASOCIACIONES Y FUNDACIONES XXV IN MEMORIAM POR FERNANDO BUESA BLANCO Y JORGE DÍEZ ELORZA “LUCES PARA EL FUTURO – ETORKIZUNERAKO ARGI” E l pasado 22 de febrero se cumplió un cuarto de siglo del asesinato de Fernando Buesa y Jorge Díez en pleno campus universitario. Un aniver- sario tan señalado sirvió para poner en esta el foco en ellos, así como en la dispo- sición de la juventud actual para incor- porarlos a su memoria viva. Fernando fue un ejemplo de político dispuesto a llegar a acuerdos con los opuestos a sus ideas, una práctica hoy poco habitual. Jorge fue un servidor público comprometido con su labor de defensa de las libertades ciu- dadanas en tiempos de peligro. Sin tener que acudir al edulcoramiento del recuer- do que propicia el tiempo transcurrido, bien se puede decir que uno y otro son ejemplos de ciudadanía, y que por eso son dignos de tener en nuestro recuerdo. El acto In Memoriam de esta vigesimo- quinta edición centró el protagonismo en esa juventud que empieza a tomar en sus manos la dirección de nuestra socie- dad. Pretendió reflexionar con ella sobre la naturaleza de sus recuerdos y sobre la capacidad de la memoria para asentar valores positivos y universales como son la deslegitimación del uso de la violencia para lograr objetivos políticos y la defensa firme del pluralismo social. Este aniver- sario quiso contribuir a instalar entre nuestra juventud aquel axioma de Fernando de que “no vale la pena ni matar ni morir” por una idea, por- que cuando se asesina a alguien por una idea, no se acaba con esa idea, sino con la persona. Eva Domaika fue un año más la encargada de presentar este acto In Memoriam que lleva de 2001 celebrándose cada año en la ca- pital alavesa. Nada más comenzar el acto, el público asistente pudo ver un breve vídeo en el que se hizo un repaso de los 25 años de trayectoria de la fundación y en el que también se dio a conocer la nueva imagen de la entidad. A continuación, Sara Buesa, en una in- tervención muy personal y emotiva, nos trasladó a aquel frío 22 de febrero y a los últimos momentos que pasó con su aita, evocando al Fernando Buesa, padre, pero también, al político comprometido con la libertad y la democracia. Entrelazando los recuerdos personales con la proyec- ción pública y colectiva, testimonió una conexión espiritual que ha mantenido du- rante estos 25 años, dando sentido a su vida. Sara, en esta ocasión, eligió la rosa, Fernando Buesa y Jorge Díez fueron recordados en Vitoria-Gasteiz 25 años después de sus asesinatos a manos de ETA FUNDACIÓN FERNANDO BUESA BLANCO
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