FUNDACIÓN VÍCTIMAS DEL TERRORISMO NÚMERO 90
45 ASOCIACIONES Y FUNDACIONES OFRENDA FLORAL La misma mañana del 22 de fe- brero, tuvo lugar en los Jardines de la Libertad de Vitoria-Gasteiz, la ofrenda floral junto al monoli- to erigido en el lugar del atenta- do. Como cada año, las familias Buesa-Rodríguez y Díez-Elorza, rindieron emotivo homenaje a Jorge y Fernando. Junto a ambas familias estuvieron presentes nu- merosas víctimas del terrorismo y sus asociaciones y fundaciones, miembros del PSE-EE y de la Ert- zaintza, junto a representantes de la Guardia Civil, la Policía Nacio- nal y el Ejército, además de cargos públicos de todos los partidos po- líticos del arco político vasco, así como autoridades del Gobierno de España, Gobierno Vasco, Parla- mento Vasco, Diputación Foral de Álava, Juntas Generales de Álava y Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. tan bella y efímera, y tan representativa con el compromiso político de su padre como símbolo de lo que quería transmi- tir. Encarnó en las rosas secas, la perdu- rabilidad de los valores intrínsecos que mantienen su esencia, convirtiéndolas en rosas eternas. Es una reflexión sobre la polarización po- lítica, sobre la fractura social que se vivió después de los asesinatos de Fernando y Jorge, señaló que hoy sigue habiendo “ca- pas enteras de nuestra sociedad que no se relacionan entre sí”. Después de esta intervención se incor- poraron al escenario seis personas que representaban a tres generaciones dife- rentes. José Antonio Díez, padre de Jorge Díez Elorza; Isabel Morcillo, amiga per- sonal de la familia Buesa; Maite Leaniz- barrutia e Irati Goikotxea, mujeres valien- tes y comprometidas que formaron parte de los movimientos ciudadanos contra las violencias terroristas; y Endika Delgado y Martín Recalde, jóvenes que represen- tan a la generación de las personas que no habían nacido o eran unos niños en aquel terrible 2000. Los seis participan- tes compartieron sus vivencias más per- sonales, aportaron objetos con una gran carga simbólica, y contextualizaron cómo vivieron aquellos terribles días. José Antonio apeló a los sectores sociales que siguen creyendo que lo que sucedió no estuvo mal o que incluso era necesario, que sólo quieren pasar página, para que no ignoren la realidad de la existencia de las víctimas del terrorismo. Isabel Morci- llo recordó el silencio y el miedo que ate- nazaban a una parte de la sociedad vasca. Maite Leanizbarrutia e Irati Goikoetxea relataron cómo se comprometieron con los movimientos ciudadanos como Gesto por la paz, nacidos para denunciar pú- blicamente las acciones terroristas y en sus relatos personales pusieron de relieve cómo la familia es el agente fundamental en la transmisión de valores. Por último, los testimonios de Endika Delgado y Martín Recalde permitieron comprobar que hay motivos para la esperanza y que hay jóvenes, con las ideas muy claras, que han asumido los valores democráticos y de paz. La nota musical del In Memoriam la puso el cuarteto de cuerda “Ariadna” compues- to Victor Parra, Isabel Acevedo, Ainhoa Marauri eta Estibaliz Oraá que inter- pretaron varias composiciones clásicas y modernas. Todos los vídeos e imágenes del XXV In Memoriam pueden verse en la página web www.fundacionfernandobuesa.com •
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