Fundación Víctimas del Terrorismo y Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, con la colaboración del Gobierno de Navarra, organizaron con la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y el Instituto I-Communitas, el pasado 27 de septiembre, en jornada única, la tercera edición del curso de otoño El reto pendiente. Terrorismo y educación en España con el objetivo de dar a conocer los retos actuales para integrar en la educación la memoria sobre el terrorismo. Un curso dirigido a investigadores y alumnos universitarios, con una propuesta de reflexión sobre las iniciativas que se están llevando para enseñar en las aulas la historia y la memoria del terrorismo.
El Museo de Navarra en Pamplona fue escenario de esta jornada inaugurada por Juan María Sánchez Prieto, director del I-Communitas, y los directores del curso, Marta Rodríguez Fouz y Raúl López Romo. A la inauguración asistieron entre otros, Ana Ollo, vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra; Carlos Gimeno, consejero de Educación; Martín Zabalza, director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos del ejecutivo foral; Isabel Moya, directora gerente de la FVT, y Florencio Domínguez, director del Memorial.
La primera ponencia, titulada ¿Qué saben los jóvenes sobre nuestro pasado de terrorismo, fue desarrollada por Raúl López Romo, doctor en Historia y responsable del Área de Educación y Exposición del Memorial, que presentó los datos de visitas escolares al Museo del Memorial durante el pasado curso. Un 12% de las visitas al Memorial fueron de escolares, de las cuáles “el 55% procedían de País Vasco y Navarra”. López Romo destacó que la mayoría de este 55% procedían de Álava, sobre todo de centros concertados religiosos, “más que de colegios públicos o ikastolas”. Señaló que en el currículum educativo vasco “no hay menciones expresas a ETA, solo al terrorismo como un fenómeno internacional”, un dato que contrastaba con las alusiones concretas a otros tipos de violencia.
La siguiente conferencia sobre ¿Qué dicen los manuales escolares sobre terrorismo? corrió a cargo de Ander Delgado Cendagortagalarza, profesor de la Universidad del País Vasco. Delgado explicó cómo se cuenta la realidad del terrorismo en los manuales escolares “el material más utilizado para llevar la violencia a las aulas”. Asimismo, defendió la necesidad de los libros para que los docentes aprovechasen “esa información para profundizar mucho más allá de sus páginas este complejo tema”.
A continuación, Marta Rodríguez Fouz abordó la realidad del alumnado navarro en relación al terrorismo desde una encuesta a 1.156 alumnos de ESO en la Comunidad Foral en mayo de 2021. Con la conferencia El alumnado navarro: (des)conocimiento de una realidad cercana, la profesora de Sociología de la UPNA subrayó que los retos son incorporar al sistema educativo “el objetivo de propiciar el conocimiento del terrorismo”, desactivando mitos de violencia reactiva” y contribuyendo “a una memoria crítica”. Siempre teniendo en cuenta el riesgo de “una visión sesgada, parcial o no objetiva de la historia reciente”.
Experiencias internacionales
La jornada también hizo referencia a experiencias internacionales que permiten profundizar en las dificultades y desafíos compartidos a la hora de abordar la deslegitimación de la violencia política en contextos donde el pasado traumático sigue muy presente. La profesora de la UPNA, Eliana Alemán, presentó La transición en Colombia y proyectos educativos, un repaso de los principales hitos violentos de la historia reciente de Colombia donde puso especial énfasis en las 752.964 víctimas de desplazamiento forzado entre 1985 y 2019, y en las víctimas de las violencias de grupos guerrilleros, paramilitares o de agentes del Estado. La profesora Alemán Salcedo destacó que, en Colombia, por ley, “en la Educación entran obligatoriamente la paz y el conflicto”.
El profesor emérito de Política Irlandesa de la Universidad del Ulster, Henry Patterson, expuso los problemas en Irlanda del Norte para llevar a las aulas la cuestión del terrorismo en la ponencia Educar en una sociedad profundamente dividida: Irlanda del Norte. Patterson aseguró que entre 1966 y 2003 se registraron 3.700 muertes de manos de terroristas republicanos y lealistas, así como por el Ejército británico y la policía norirlandesa (RUC). El profesor emérito de la Ulster University explicó las grandes dificultades que presenta la sociedad norirlandesa después de los Acuerdos de Viernes Santo de 1998, con una generación como la suya “con una memoria viva” frente a la generación de su hija con “un vacío sobre la memoria”, y “la ausencia de narrativa común sobre el terrorismo” causa por “las narrativas opuestas sobre la historia de Irlanda del Norte”.
En la sesión de tarde, el profesor de Sociología de la UPNA, José María Pérez-Agote Aguirre, analizó los currículos educativos con la conferencia Proyectos educativos: balance y perspectivas. Pérez-Agote expuso su ponencia desde cuatro ideas base: la interiorización de normas en el desarrollo moral de los niños, el proceso de socialización, y los elementos de la sociedad española que puedan interferir en la transmisión de principios y valores, para terminar con un análisis comparativo de los currículos de 2014 y 2022.
Julia Gracia y Manuel Moyano Pacheco, de la Universidad de Córdoba, presentaron una revisión de propuestas de futuro que se analizan atendiendo a los proyectos educativos con la conferencia Aproximación educativa en la prevención del terrorismo: la perspectiva docente. Ambos analizaron los procesos de radicalización desde un modelo de dos pirámides (radicalización de la narrativa y radicalización de la acción) con el papel de “los agentes clave en la prevención de la radicalización” como son el profesorado y los recursos nacionales e internacionales, como testimonios, webs, video-juegos, video scribing, podcast o cómics.
Por último, la profesora de la Universidad de Deusto, Izaskun Sáez de la Fuente, desgranó las Aportaciones de víctimas educadoras y de victimarios arrepentidos con una apuesta clara por la justicia restaurativa con una conclusión contundente: “Hay que distinguir entre víctimas y victimarios, y eso supone que la justicia transicional no nos sirve para nada. Tenemos que apostar por la reconciliación asimétrica”. Sáez de la Fuente definió esta última como “el proceso que restaura donde lo había o crea donde no existía, un marco de convivencia”.