En el 60 aniversario del asesinato de la pequeña Begoña Urroz.
El Salón de Sesiones del Congreso de los Diputados acogió, el sábado, 27 de junio, el Día de las Víctimas del Terrorismo, un acto de homenaje y recuerdo a quienes han sufrido la lacra del terrorismo, en el que han participado miembros de la Mesa, portavoces y parlamentarios del Congreso y del Senado, representantes de las altas instituciones del Estado y de las asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo.El acto comenzó con un saludo institucional en el Salón de Pasos Perdidos de la presidenta del Congreso de los Diputados, Maritxell Batet, y la presidenta del Senado, Pilar LLop, a los invitados a un acto de homenaje que la Cámara organiza cada año desde 2010, cuando, bajo la presidencia de José Bono, se aprobó una declaración institucional para fijar el 27 de junio como DÍA DE LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO en memoria de la pequeña Begoña Urroz, asesinada en 1960 por la explosión de una bomba en la consignas de la estación de Amara (San Sebastián).
Ya en el Hemiciclo, Batet abrió la sesión, que continuó con la interpretación al arpa del Preludio número uno de J.S. Bach, por Gloria del Pino. A continuación, la vicepresidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza, intervino recordando a las víctimas de la Covid-19 y confiando en que «entre todos, encontremos un espacio común para el recuerdo y homenaje a todos los que nos han dejado a causa del coronavirus».
Muy crítica con el momento actual que soportan las víctimas del terrorismo, tras recordar que Verdad, Memoria, Dignidad y Justicia son pilares indiscutibles para el colectivo, Pedraza aseguró que «nos encontramos ante un intento macabro de equilibrar el sufrimiento padecido por las víctimas del terrorismo etarra, con el de quienes integraban la organización asesina, a través del discurso falaz de los líderes ideológicos de su entorno», para reafirmar que «nuestro Estado de Derecho y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, supieron vencer policialmente a ETA y ahora no podemos permitirles salir victoriosos de su nueva cruzada: manipular la verdad». Ángeles Pedraza finalizó su intervención trasladando un mensaje de fuerza, ánimo y esperanza a las víctimas del terrorismo «en estos momentos difíciles y de desánimo, para que seamos conscientes de que el apoyo incondicional que anhelamos siempre lo tendremos entre quienes hemos sufrido este inmenso dolor».
A continuación, Batet se dirigió a los presentes invitándoles a guardar un minuto de silencio. El homenaje a las víctimas del terrorismo se cerró con la interpretación de Asturiana, de Manuel de Falla, cantada por el tenor Mario Millán Rodríguez-Sadia, acompañado por Gloria del Pino en el arpa.
En esta ocasión, coincidiendo con el 60 aniversario del asesinato de la pequeña Begoña Urroz, considerada la primera víctima mortal del terrorismo en España, el acto, no siempre exento de polémica, no contó con el clima de consenso de las últimas ediciones, siendo varios los colectivos de víctimas que dieron cita en el exterior del Congreso para mostrar su rechazo por la actual política penitenciaria con los presos de ETA y por el «papel relevante que en la Cámara Baja tiene actualmente la formación EH Bildu».