El 11 de marzo de 2004, a las 7.39 h, cuatro bombas explotaron en el tren de cercanías en el que Antonio Miguel Utrera viajaba a Madrid, camino de la universidad, a la altura de la calle Téllez. han pasado ya 14 años, pero hay recuerdos que son imborrables. Antonio, que entonces tenía 18 años, consiguió salir del vagón por su propio pie e incluso llegó a llamar por teléfono a su madre. primero pensó que se trataba de un accidente, pero al ver el estado en el que había quedado el vagón se dio cuenta de que en realidad era un atentado terrorista.