En la celebración del Día en Recuerdo y Homenaje en España
La Sala Constitucional del Congreso de los Diputados volvió a acoger, en la tarde del pasado 27 de junio, el Día en Recuerdo y Homenaje a las víctimas del Terrorismo, en su decimosexta edición, coincidiendo con el aniversario de la fecha del asesinato de la primera víctima por terrorismo en España, la pequeña Begoña Urroz en la estación de Amara de San Sebastián (27 de junio de 1960).
Un solemne acto, convertido en referente nacional, que cumple con el mandato del artículo 60 de nuestra vigente Ley de reconocimiento y protección integral a las víctimas del terrorismo, que convoca a las instituciones públicas a impulsar actos que tengan por objeto mantener la memoria de las víctimas y reivindicar su recuerdo.
Bajo la presidencia de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y con presencia de Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, el acto se inició con el saludo de las dos autoridades a los representantes de las Asociaciones y Fundaciones de víctimas presentes en el Salón de Pasos Perdidos.
Ya en la Sala Constitucional, y tras la interpretación de la obra El Preludio Efimero, creada e interpretada por el estudiante del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, Ivo Lago Costas, el presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Juan Benito Valenciano, inicio su intervención recordando la importancia de este “solemne acto”, instaurado el 11 de marzo de 2010 a raíz de una iniciativa conjunta de 22 asociaciones y fundaciones de víctimas, y aprobado por unanimidad de las Cortes Generales.
Un encuentro, como recogía la declaración institucional de entonces, que quiere “garantizar el recuerdo de todas las víctimas del terrorismo, que se perpetue en la memoria colectiva de los españoles”, afirmó Benito Valenciano. Por ello, de nuevo el presidente de la FVT agradeció “profundamente” que el Congreso de los Diputados mantenga vivo el compromiso y “nos permita poder hacer uso de la palabra en nombre de las víctimas del terrorismo” para defender una memoria que, a su juicio, es una «realidad compleja y necesaria» que trasciende lo personal y se convierte en una «exigencia moral colectiva». «Es el eje que vertebra todas las reivindicaciones del colectivo de víctimas del terrorismo», remarcó.
No en vano, para Juan Benito, el recuerdo a las víctimas de los atentados es un «compromiso con la paz, la libertad y la verdad», porque «la memoria protege la dignidad de quienes sufrieron lo irreparable» y no solo es la «antesala» de la justicia, sino que es también el «antídoto» al olvido.
Ejercicio de memoria que tiene que hacerse desde un relato «claro, firme y sin ambigüedades» para evitar caer en la «distorsión o justificación» del terrorismo que marcó «décadas de sufrimiento» en nuestro país y que tuvo un «efecto devastador» con más de 1.450 asesinatos y miles de heridos, perseguidos y amenazados.
Fin de los homenajes a terroristas
En otras partes de su discurso, estructurado sobre la memoria y la educación como cuestiones esenciales para las víctimas del terrorismo, el presidente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo pidió que las formaciones políticas adopten un relato «claro, firme y sin ambigüedades» contra el terrorismo y solicitó de «los tres poderes del Estado» su implicación y compromiso para poner fin a los homenajes a terroristas, en alusión a los actos de apoyo a ETA que se siguen celebrando.
También para apostar por el derecho a la verdad porque “más de 300 atentados sin resolver siguen siendo una deuda pendiente”, incidió Benito Valenciano, quien solicitó que no se “abandone la investigación de estos casos”, dado que todas las víctimas “tienen derecho a la verdad y a una reparación justa”.
Y por la solución definitiva de la discriminación indemnizatoria, porque “no puede haber diferencias entre víctimas con sentencia condenatoria y aquellas cuyos casos no han llegado a juicio. “Si el daño es el mismo, la protección y el reconocimiento deber también iguales”, remarcó.
El presidente de la FVT cerró sus palabras haciendo una llamada a la importancia de la educación. Una “herramienta poderosa de transformación social”, que nos permite “mirar al pasado con verdad, construir el presente con justicia y prepara el futuro con esperanza”, al tiempo que resaltó la importancia de que los jóvenes conozcan la historia de nuestro país y en especial de los atentados terroristas que marcaron la historia de España para «prevenir la radicalización y el fanatismo». «Nuestros testimonios”, resumió Benito Valenciano, “son un arma poderosa contra el odio, y una herramienta pedagógica para educar en los valores de la democracia”.
Este año se dieron cita en el Sala Constitucional del Congreso de los Diputados, además de los ya citados, el Delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín; el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo; el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López Calderón; el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas; la secretaria de Estado de Seguridad, Aina Calvo; la directora del CNI, Esperanza Casteleiro; el presidente de la Audiencia Nacional, Juan Manuel Fernández; los/as directores generales de la Guardia Civil, Policía Nacional y de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Mercedes González, Francisco Pardo y Montserrat Torija; representantes autonómicos y de las Mesas del Congreso y Senado en la XV Legislatura, y varios portavoces en ambas Cámaras, junto a otras autoridades, además de presidentes/as de asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo, y representantes de las mismas.
Entre estos últimos, los presidentes de la Asociación 11M Afectados, Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo, Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y León y de la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo, además de los vicepresidentes de la Asociación de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo y de la Fundación Rodolfo Benito Valenciano, junto a representantes de la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo y de las fundaciones Fernando Buesa Blanco y Alberto Jiménez-Becerril.
También acudieron los patronos de la Fundación Víctimas del Terrorismo del Terrorismo, Carlos Cabanas y John Rutherford; su directora-gerente, Isabel Moya, y el director de la Fundación Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez.
Y entre las ausencias, entre otras, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Asociación Dignidad y Justicia, Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas, Colectivo de Víctimas del Terrorismo y Fundación Miguel Ángel Blanco, quienes excusaron su asistencia por diferentes razones.
Memoria y reparación
Tras las palabras de Juan Benito, intervino Francina Armengol, quien reivindicó la memoria como una «herramienta fundamental para la reparación», aunque considera que esta es una tarea «colectiva» a pesar de que «en muchas ocasiones», ha sido, según manifestó, la propia sociedad la que ha tenido que «esforzarse por luchar contra el olvido», informó Europa Press.
«Es imprescindible hacer recuerdo, trabajar por construirlo, porque la dignidad siempre va de la mano de la verdad y es una obligación de los Estados esta labor de búsqueda y reparación», incidió Armengol. Más en un mundo como el actual, «cada vez más tensionado, inestable y fragmentado», en el que la paz global está sufriendo un «retroceso».
Para la presidenta del Congreso de los Diputados, «es ingente la cantidad de horror, de dolor y la ausencia que soportan miles y miles de personas», al tiempo que situó el terrorismo como una de las «mayores amenazas» para las sociedades «democráticas y libres».
«El terrorismo aniquila los derechos humanos y nuestro principal cometido hoy, mañana y cada día, desde las instituciones, desde cada rincón de esta sociedad, es trabajar para preservar la convivencia, la paz y la libertad», concluyó Armengol.
Finalizados los discursos, se guardó un minuto de silencio, concluyendo el homenaje con la interpretación de La Reverie, sonata nº4 Alla Italiana de Guido Santorsola, también por el estudiante del Real Conservatorio Superior de Madrid, Ivo Lago Costaó.