“ANTE EL TERROR, LA RESPUESTA ES CONTARLO”

Por tercer año consecutivo, la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra ha vuelto a ser sede de la Jornada “Contar el terror”, en una nueva edición centrada en la importancia de los relatos en primera persona, en el terrorismo y cómo se ha contado desde el periodismo, la ficción y la no ficción. Este año el foco ha estado puesto en “cómo contar historias de atentados y víctimas, héroes o victimarios que a menudo han permanecido al margen del relato del terrorismo y que, sin embargo, son clave para entender la letra pequeña del fenómeno terrorista, su origen y sus consecuencias”, informó la Universidad de Navarra en nota de prensa.

Bajo el título Contar el terror: las historias detrás de la historia, y organizada por la Fundación Víctimas del Terrorismo, Fundación Centro Memorial Víctimas del Terrorismo y Universidad de Navarra, con el patrocinio del Gobierno de Navarra, ponentes expertos en terrorismo, académicos, periodistas y víctimas del terrorismo se dieron cita en el Aula 5 de la Facultad de Comunicación para compartir, junto a los alumnos matriculados en algunas de las ponencias habidas los días 17 y 18 de octubre y público en general, “sus vivencias y sus perspectivas sobre la importancia de escuchar a las víctimas y de incluir los relatos de los victimarios en el enfoque global”.

Nadie debe ser neutral

La Jornada fue inaugurada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la vicedecana de Comunicación, María Jiménez, acompañados del presidente de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Juan Benito, y el director del Centro Memorial, Florencio Domínguez.

El ministro, con presencia de la consejera de Memoria y Convivencia del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, y la delegada del Gobierno, Alicia Echeverría, junto a representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, destacó la importancia del periodismo para combatir el discurso de odio propio del terrorismo, afirmando que el terrorismo «es el mayor enemigo de la libertad y se aprovecha de los espacios de libertad para difundir sus discursos y sus amenazas a la sociedad».

Grande-Marlaska instó a los estudiantes de la Facultad de Comunicación, futuros periodistas, a ejercer su profesión con responsabilidad y con rigor. Se refirió después al código deontológico del periodismo y citó: «En la defensa de los valores democráticos nadie debe ser neutral». Marlaska afirmó que el horror de los atentados, la responsabilidad de los que los cometen, las consecuencias de la violencia deben ser puestas de manifiesto para evitar así el riesgo de «romantizar la violencia».

Ante las diferentes estrategias propagandísticas de los grupos terroristas, el ministro aseguró que los comunicadores deben ser conscientes de ello para ejercer su trabajo sin convertirse «en involuntarios canales de comunicación de los violentos y sus discursos de odio».

En este sentido, resaltó que «lo que debería ser un abismo insalvable, deviene en ocasiones en una frontera de límites difusos» que hacen que el comunicador acabe empatizando con el terrorista.

«La actividad de los terroristas debe ser objetivo de un tratamiento informativo riguroso, ajeno al sensacionalismo o la especulación», concluyó

La vicedecana María Jiménez, por su parte, incidió en que «ante el terror, son necesarias muchas respuestas, que son responsabilidad de otras tantas instituciones. Todos buscan, o buscamos, con más o menos éxito, estar a la altura de esta responsabilidad. Nuestra respuesta como Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra es y será hacer lo que sabemos y lo que enseñamos: contarlo».

«Los creadores que van a participar en esta jornada se han enfrentado al reto de contar el terrorismo. Quizá algunos de los alumnos que están hoy aquí se enfrenten también al mismo reto en no mucho tiempo. No será una tarea sencilla. Hay escenarios complejos que trascienden el momento del atentado o las siglas de los responsables de esa violencia», continuó María Jiménez.

La vicedecana de la Facultad de Comunicación habló de la libertad de comprometerse con aquello en lo que uno cree, del afán de comprender y de la búsqueda de la verdad, como valores que encarnaron ayer los que son víctimas del terrorismo hoy. «Desde estas aulas aspiramos a que los alumnos cuenten bien buenas historias y eso a veces implica, como mostraron Gregorio Ordóñez o David Beriain, o también Marc Marginedas, secuestrado por el Estado Islámico, comprometerse. Implica ponerse al servicio no de quienes hacen la historia, sino de quienes la sufren. E implica, además, no mantenerse al margen», señaló.

La inauguración de la jornada finalizó subrayando el «valor ético» del testimonio de las víctimas para combatir el discurso del odio terrorista. Y para ilustrarlo, se proyectó un video del Ministerio de Interior con testimonios de víctimas de ETA y de los atentados del 11-M.

En este video, explicó el ministro, se evidencia que, «frente al odio que tiene como bandera el terrorismo», las víctimas oponen «la valentía, la dignidad de no verse arrastrado por el odio, sino todo lo contrario, la lucha por vivir sin odio, porque saben que es el mejor tributo a ellos mismos y a sus familiares».

Investigar sobre el terrorismo

A lo largo de los últimos años, estos encuentros han servido para investigar y transmitir a la sociedad la necesidad de reflexionar sobre el terrorismo. Han contado con la participación de asociaciones de víctimas, reporteros, instituciones públicas y expertos.

En esta edición, entre los invitados que pasaron por la Facultad de Comunicación, el periodista Manuel Calderón y Gaizka Fernández Soldevilla, historiador, responsable de investigación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, que participarán en la mesa redonda «Tirar del hilo: cómo investigar el pasado violento». La directora de contenidos de la productora de pódcast TrueStory, Eva Lamarca, o los creadores de ficción Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo, directores de la serie «Nos vemos en otra vida», sobre los atentados del 11M.

También Luisa Etxenike, premio Euskadi de Literatura y autora, entre otras publicaciones, del libro «El ángulo ciego» sobre las víctimas del terrorismo, quien impartió la sesión inaugural. Etxenike destacó que: «Cuando hablamos de terrorismo, vamos a hablar de sufrimiento, de violencia, de muerte y ¿cómo presentamos el sufrimiento, la muerte, la violencia? En el mundo en el que vivimos, es un punto de vista muy delicado. Hay que mostrarlo de manera más discreta, respetuosa, si no convertimos la violencia en un espectáculo».

Además, los alumnos asistentes pudieron visionar en el auditorio del Museo de la Universidad de Navarra y en primicia la película «La infiltrada», la historia real de la policía que desmanteló un comando de ETA, seguida de un  coloquio con la directora de la película, Arantxa Echevarría; María Luisa Gutiérrez, productora en Bowfinger International Pictures, y Pablo Muñoz, periodista especializado en información sobre terrorismo y asesor de la cinta.

Las III Jornadas Contar el Terror finalizaron con el testimonio de Alejandro Benito, cuyo hermano fue víctima de los atentados del 11M, de los que en 2024 se cumplieron veinte años.