“Una pausa de respeto por Juan Manuel Piñuel”

Eso es lo que hemos querido reflejar en la portada de este número de la revista. Todos los españoles tenemos una deuda de gratitud contraída con los hombres y mujeres que velan por nuestra seguridad cada día, como hizo Juan Manuel Piñuel desplazándose al País Vasco, a Legutiano, donde fue asesinado por unos fanáticos que buscan ventajas políticas del terror. La viuda de Juan Manuel dio una lección pública de fortaleza y dignidad que no
olvidaremos jamás.

Por respeto a Juan Manuel, a todos los que fueron asesinados, heridos o siguen siendo acosados, estamos obligados a deslegitimar y minimizar el mundo en el que se adoctrina y recluta a nuevos fanáticos. Como lo estamos de extender los derechos humanos y la dignidad y memoria de los inocentes a los que se arrebató la vida o la salud. Por eso hemos incluido un extraordinario reportaje con documentación gráfica con la apología de los asesinos en calles, plazas y hasta jefaturas de policía municipal en el País Vasco. De forma complementaria se recoge el trabajo de memoria y homenaje que va prendiendo en la sociedad española, desde múltiples focos, y por fin, los primeros pasos de homenaje institucional donde más necesidad objetiva tiene este trabajo, esto es, en el propio corazón del País Vasco, en el propio corazón de las tinieblas fanáticas.