España no registró atentados yihadistas en 2018, aunque haya que mencionar un episodio confuso registrado en el mes de agosto cuando un ciudadano argelino atacó a los agentes de la policía autonómica catalana en la comisaría de Cornellá de Llobregat (Barcelona). El agresor fue la única víctima de ese episodio, investigado inicialmente como acto terrorista, aunque más tarde el incidente fue catalogado como agresión de inspiración yihadista.
En Europa, 2018 fue el año de los yihadistas autónomos ya que todos los atentados registrados en Francia, Bélgica, Austria, Países Bajos y Reino Unido fueron perpetrados por actores individuales no encuadrados en estructuras más amplias, aunque algunos de ellos hubieran jurado lealtad al Daesh y estuvieran inspirados por este grupo.
Ese protagonismo de los actores individuales coincide con los reiterados llamamientos hechos desde los grupos terroristas, tanto Al Qaeda como el Daesh, a sus simpatizantes para que cometan atentados en los países donde tienen su residencia.
Si hasta hace poco tiempo el Daesh buscaba atraer hacia Siria o Irak al mayor número posible de combatientes para reforzar sus posiciones territoriales, la pérdida de gran parte de las zonas bajo su control parece haberle llevado a cambiar de estrategia, a renunciar a la guerra convencional y a realizar actuaciones de insurgencia desde la clandestinidad. En ese cambio de modelo ya no necesita tantos combatientes en Siria
o Irak y por ello ha cambiado el mensaje invitando a sus seguidores a actuar con los medios a su alcance en su entorno más próximo.

Autor: Fundación Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo.
Fecha: 2019.