Balance de una trayectoria
Un recorrido que da cuenta de cómo las víctimas y sus asociaciones se han constituido en un movimiento social guiado por el sentido de verdad, justicia y reparación.
Aunque nunca hubieran querido existir, ni individual ni colectivamente, las víctimas solo existen en la medida en que la sociedad reconoce su sufrimiento y asume como una responsabilidad propia que algo se puede y se debe hacer con ellas. Sin embargo, han sido fundamentalmente los movimientos de asociaciones y fundaciones de víctimas los que más han hecho para emerger como un sujeto colectivo, tener un lugar, consolidarse y resultar útiles. Transcurridos cuarenta años desde la creación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (1981), la primera en España en un momento en que las víctimas no contaban con apoyos ni sociales ni institucionales, y tras el cese de la violencia por parte de ETA, cabe hacer balance de su trayectoria. Un recorrido que, en el caso vasco y español, da cuenta de cómo las víctimas y sus diferentes asociaciones y fundaciones han llegado a constituirse en un movimiento social guiado por el sentido de verdad, justicia y reparación, y por su carácter preventivo ante cualquier violencia alentada por el pensamiento sectario y binario, promoviendo una decidida actuación institucional. Este libro arroja una mirada de largo alcance al pasado y presente del movimiento de víctimas. Muestra así la evolución de su condición e implicación política y social –en una perspectiva también comparada con lo sucedido en otros países de Europa–, y sus aportaciones estratégicas para evitar las soluciones violentas y para lograr respaldos sociales, jurídicos e institucionales, con el fin de seguir teniendo un sincero, meditado y comprometido sentido en el futuro.
Coordinadores: Antonio Rivera y Eduardo Mateo
Editorial: Catarata de los Libros
Año: 2021