El informe del Ararteko sobre la atención institucional a las víctimas del terrorismo no ha gustado a los terroristas de ETA, porque pone el dedo en la llaga sobre cuestiones básicas para cortar el terrorismo desde la raíz: el adoctrinamiento y fanatización de niños y niñas. La reacción de ETA es la prueba del nueve de que debemos analizar el informe y abandonar la pasividad, para evitar, desde la familia y la escuela, que los jóvenes se vinculen –moral o personalmente- en el asesinato de seres humanos.
Desde la Fundación Víctimas del Terrorismo hemos expresado en repetidas ocasiones la necesidad de actuar en el ámbito comunitario y escolar para evitar que los niños se conviertan en asesinos ante nuestros propios ojos y sin hacer nada por evitarlo. Gracias al informe hemos pasado de la intuición a la certeza de que hay que actuar de forma muy temprana.