Se han cumplido 20 años de aquella trágica madrugada del 30 de enero de 1998, cuando Alberto Jiménez-Becerril y su esposa, Ascensión García, regresaban a su casa en Sevilla. Dos pistoleros de la banda terrorista ETA se les acercaron por la espalda y, sin mediar palabra, les descerrajaron sendos tiros en la cabeza. Los tres hijos del matrimonio, de cuatro, siete y ocho años, nunca volvieron a ver con vida a sus padres. Él era concejal del partido popular en el ayuntamiento de Sevilla, donde ejercía como Teniente de Alcalde, y ella era Procuradora de los Tribunales.

Tan cobarde y cruel asesinato conmocionó a la sociedad española en general y, muy particularmente, a la sevillana, que salió a las calles para manifestar su enérgica condena.
Teresa Jiménez-Becerril, hermana de Alberto, sigue encarnando hoy el espíritu de aquel movimiento en defensa de la libertad y manteniendo vivos los valores democráticos que defendía su hermano. Teresa preside la Fundación contra el Terrorismo y la Violencia
Alberto Jiménez-Becerril y, desde 2009, representa a España en el Parlamento Europeo como diputada del Partido Popular.

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