“Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!”, clamaba César Vallejo.

Estos poemas, hilados por el espíritu melancólico del poeta peruano nos hablan, precisamente, de uno de esos golpes que “abren zanjas oscuras”: el 11 de marzo de 2004. Aquel día jueves de finales de invierno supuso un profundo cambio en la vida del autor de este libro. De un lado, resultó herido grave en el tren de la calle Téllez. Por otro, al mismo tiempo, en el tren que los terroristas hicieron explosionar en la estación de Santa Eugenia, su amiga Angélica González García se convertía en una de las víctimas mortales de aquella infamia. Tenían 18 y 19 años respectivamente. Esa adolescencia interrumpida, arrebatada por la violencia cuando la primavera estaba a punto de florecer es el hilo conductor, invisible como el viento, que agita el ánimo y cose cada verso tejiendo un lirismo herido, huérfano, que canta a un pasado que no fue al tiempo que siembra sus semillas en la tierra fértil del futuro.

La literatura es una forma de resistencia, un estado anímico frente a la adversidad. Una trinchera de paz contra el olvido. Una manera, en fin, de decirle al mundo que ante los fuertes golpes de la vida hay un camino donde la memoria y la vida se dan la mano y caminan juntas.

Autor: Antonio M. Utrera

Editorial: Flores Raras

Año: 2022