Publicamos en este número un amplio reportaje con el que se trata de dar una visión lo más completa posible de las ayudas que reciben en nuestro país las víctimas del terrorismo.
Como en todo, la interpretación de los datos es libre. Será cada lector quien decida si el panorama de entidades y de ayudas públicas destinadas a las víctimas le parece suficiente o no. Pero hay hechos objetivos ante los que no cabe discusión.

El primero es que España es probablemente el país que más recursos humanos y materiales destina a atender, desde la Administración, las necesidades de las víctimas del terrorismo. Ningún país, ni siquiera los que de manera más virulenta han padecido el azote de la violencia terrorista, goza de órganos y estructuras estables de asistencia a sus víctimas ni destina a ello partidas presupuestarias comparables a nuestro caso.