¿Cómo reaccionaría la opinión pública si supiera que brutales crímenes de ETA prescribieron aun cuando la Policía sabía quién apretó el gatillo? ¿Y si saliese a la luz que sangrientos atentados no fueron detectados por la Audiencia Nacional hasta tres décadas después de haber sido cometidos? ¿Qué ocurriría si se desvelara que hubo investigaciones judiciales de asesinatos terroristas que se cerraron en solo 24 horas? Esta minuciosa investigación en torno a la gestión policial y judicial sobre asesinatos de ETA sin resolver es, además, la desgarradora narración de docenas de negligencias y errores descabellados, de cómo más de 300 personas fueron asesinadas por fantasmas, debido en gran medida a una impensable red de graves errores del Estado de Derecho y no a la pericia criminal de los terroristas.
Editor: Ikusager.
Fecha: 2014.