Hacía ocho meses que no fotografiaba escenarios de los asesinatos realizados por Euskadi Ta Askatasuna, ETA. Casi los mismos que llevamos escuchando voces que dicen, que venden, que aseguran, que pronostican el fin de ETA. Lo leo en la prensa, en Internet, lo escucho en la radio, lo veo en televisión. Pero no me lo creo. Tantos años de convivir con la violencia y los violentos acaban por implantarte un sexto sentido, el de la decepción.
El sentido de la decepción me dice que no debo creer nada. La decepción me lastra con declaraciones, manifiestos, proclamas… estrategias. La decepción me lleva a la impermeabilidad ante cualquier declaración de ETA y su cadena política. No dejan las armas ahora, ya, en este mismo momento. En un bosque caduco, un montón de bombas lapas no están saliendo del agujero para desactivarse en la chatarrería. No sucede. No ocurre. Eso es todo lo que cuenta.
Editor: Los Libros del Lince.
Fecha: 2012.