La decisión, en el seno del Pacto contra el Terrorismo y por las Libertades, de crear una Fundación de Víctimas del Terrorismo responde no sólo a un compromiso político del PSOE y el PP, sino también a una necesidad: la necesidad de los poderes públicos de culminar el proceso de atención, protección y dignificación de quienes han sufrido en carne propia la violencia cruel y sin sentido del terrorismo.