Un relato contra el olvido y la manipulación de la memoria.
No pocas veces hemos dicho que el camino de la memoria ha sido —y sigue siendo— un camino largo y difícil, en el que hoy más que nunca corremos el riesgo de que los asesinos y sus legitimadores adulteren la historia para blanquearla.
Y es que hoy en día, frente a la inexistencia de consenso, existe una lucha por ganar la batalla del relato, protagonizada por la escenificación de narraciones falaces que buscan conseguir legitimidad social y política, un riesgo para la víctimas que el escritor italiano Baldo Carollo ha considerado una nueva forma de violencia, consistente en “corromper la verdad, contaminar lo ocurrido, y destruir el recuerdo y la memoria”.