FRENTE A LA MIRADA CIEGA DE LAS INSTITUCIONES, por Tomás Caballero.

“Continúa siendo urgente la imperativa obligación moral de que, de una vez por todas, se ponga fin a los homenajes a los terroristas, porque las víctimas del terrorismo son víctimas de violaciones de derechos humanos y debe primar su protección por encima de cualquier otra consideración, incluida la libertad de expresión, porque esos homenajes no sólo son un acto de humillación a las víctimas, sino que constituyen una modalidad de victimización secundaria extraordinariamente dolorosa”