La cuestión de las víctimas ha cobrado una notable importancia en los últimos tiempos. La sensibilidad de la sociedad ante esta realidad es un factor determinante en ello. El término víctima se usa cada vez con más frecuencia, reclama atención y se aplica a colectivos diversos en base a la etiología u origen de su situación.
Algo similar ocurre cuando nos referimos a la reciente historia vasca. La existencia de diversas causas de victimización ha hecho que bajo un término común –víctimas- se agrupen realidades distintas, en su origen y en su tratamiento. La homogeneización de todas ellas y la equiparación de sus situaciones a través de un lenguaje unificador maltrata a las víctimas, manipula a la sociedad y evita abordar la cuestión con garantías. Siendo común la condición de todas ellas y siendo merecedoras de la misma empatía y solidaridad, su consideración indistinta resulta injusta y también desacertada. Son las causas de origen las que dan sentido preciso a cada colectivo de víctimas y las que señalan la relación que la sociedad debe tener con cada uno de ellos. No es solo que sean distintas las víctimas de diversos terrorismos y violencias de intención política o las del maltrato machista o las de enfermedades o accidentes, sino que solo valorando en qué y por qué son diferentes se podrán atender como merecen y como debe tomarlas el conjunto social como expresión de algo.
Es por tanto pertinente propiciar una reflexión sobre el concepto de víctima, delimitando su significado y las necesidades de respuesta social en cada caso. Las víctimas son iguales en su sufrimiento, pero responden a diversas etiologías que es preciso atender para comprender en virtud de qué lo son y cómo se las debe tratar. No todas las causas de victimización son comparables ni todas precisan del mismo tipo de recuerdo, como se pretende desde diversas iniciativas homogeneizadoras que posiblemente tienen la mirada más puesta en la indulgencia de la sociedad que en lo que precisan y demandan los afectados.
Editor: Fundación Fernando Buesa Blanco e Instituto de Historia Social Valentín de Foronda.
Fecha: 2017.